Pros y contras de los child themes de WordPress
A la hora de crear una página web en WordPress, la lista de tareas a la que nos enfrentamos no es precisamente escueta. Uno de los puntos principales es la elección del tema. Pero, ¿qué es un tema en WordPress? Pues no es otra cosa que un conjunto de archivos (archivos de pantalla) que, de la mano y en perfecta armonía, dan lugar al interfaz gráfico de tu blog. Que cambiemos de tema no quiere decir que se modifique el software subyacente, sino que lo que se modifica es la forma de mostrar el sitio. Lo hace, por ejemplo, introduciendo archivos de plantilla personalizados o archivos de imagen. Una vez que tenemos medianamente claro qué es un tema, subimos un escalón más: distinguir entre tema padre y tema hijo (parent theme y child theme). Si te fijas en el símil familiar puedes hacerte un idea inicial de por dónde van los tiros.
Cuando nos ponemos a crear una página web en WordPress partimos de un tema padre determinado. Después, aparece el tema hijo para heredar la funcionalidad del primero. Dicho de otra forma, los child themes nos permiten modificar o añadir las funcionalidades del parent theme sin tocar directamente los archivos del tema. Aprovechan la estructura completa de los temas padre utilizando sus funciones y archivos. Aunque actualicemos el padre, el hijo mantendrá los cambios de estilo, las funciones incluidas en el fichero ‘functions.php‘, etc. Al tema padre también se le conoce como framework. Podríamos decir que se trata de una biblioteca de código que facilita el desarrollo de un tema. En WordPress funcionan a modo de plantilla. Hablamos del tema matriz en el que reside toda la funcionalidad.
Los #childthemes modifican funcionalidades del parent theme sin tocar los archivos originales. Clic para tuitearUna vez aclarado este primer punto, necesitamos unas cuantas razones que justifiquen la utilización de un tema hijo. Un motivo de peso es que, si modificásemos un tema existente, este se actualizaría automáticamente y perderíamos los datos. Como obviamente esto no es lo que buscamos, la solución pasa por recurrir a un child theme. Para ello crearemos una carpeta en nuestra carpeta de temas (wp-content/themes) donde albergaremos al tema hijo. Lo normal es usar el nombre del tema padre seguido de “hijo” o “child”. Por ejemplo: twentyfiveteen-hijo o twentyfiveteen-child. Después, en la carpeta del tema hijo, crearemos un archivo que se llame style.css, el único que necesitamos para hacer un tema hijo. Sin embargo, si no queremos cambiar sólo la hoja de estilos, el tema hijo puede sobrescribir cualquier archivo del tema padre incluyendo un archivo con el mismo nombre en la carpeta del tema hijo y sobrescribiendo en consecuencia al archivo de la carpeta del tema padre. También podemos incluir archivos en el tema hijo que no estén incluidos previamente en el tema padre.
Llegado este punto, puede parecer que los temas hijo son todo un dechado de virtudes. Pero, como en todo, existen ventajas en WordPress a la par de desventajas. Centrándonos de forma específica en los child themes, podemos resumir sus ventajas y desventajas en la siguiente infografía:
Como ves, los child themes tienen grandes ventajas, pero también tienen que ser usados con la debida cautela. No te preocupes porque repasaremos todas sus particularidades cuando te pongas en contacto con nosotros para pedirnos tu presupuesto de desarrollo web.
Si no tenemos acceso FTP y queremos hacer modificaciones en un tema hijo, una opción es recurrir a Child Theme Configurator, un plugin sencillo y efectivo. Nos permite personalizar los temas sin arriesgarnos a perder los cambios hechos después de una actualización. Con este plugin gratuito podremos cambiar colores, fondos y fuentes identificando y anulando selectores CSS individuales del tema padre. Cuando hayamos terminado el tema hijo, lo activaremos como cualquier otro tema de WordPress. Tendremos el mismo diseño del tema original, el padre, pero con las modificaciones que hayamos hecho en el hijo. Disfrutaremos así de una de las principales virtudes de los child themes: mantener intacto, sin modificaciones ni alteraciones, el tema original. El hijo hereda el CSS de la hoja de estilos del padre a no ser que añadamos clases personalizadas. Si lo hacemos, tendrán prioridad las del child theme, pero sin sobrescribir al tema padre.
Comments (2)
Muy buena la entrada, he echado de menos que tuviera alguna imagen más sobre el paso a paso que explicas, pero por lo demás me ha parecido un artículo muy interesante y bien redactado. Muchas gracias por compartir contenido tan bueno 🙂
Gracias por tu apreciación Lorena. Un saludo y gracias por seguir nuestro blog 🙂